Black Moustache

jueves, 25 de julio de 2013

Capitulo 2: ¿Dónde esta Kidrauhl?



Capítulo 2


“No lo hagas, no te culpes yo no lo hago”


— ¿Papi?—

Mi pulso se había acelerado, estaba a punto de derramar lágrimas... mi padre.

—Papi ¿eres tu?— un nudo se formo en mi garganta, hacia años que ni hablaba con el, solo nos 
 comunicábamos por cartas y escuchar su voz luego de tanto tiempo era la sensación de plenitud mas asombrosa que jamás eh experimentado. 

—Si nena soy yo—rió del otro lado— ¿Como estas?

—Yo-yo estoy muy bien— dije entre sollozos.

—Nena, no llores — trato de contenerme el. Pero eso lo hizo peor, deje que las lágrimas salieran ya no me podía controlar.

—Eso intento, pero es de felicidad sabes, ¿pero quien-quien te a dado mi numero?— dije saliendo de la tina y ponerme una bata para que el frío no me tomara.

—Tu madre, no fue fácil sabes es muy terca— 

— ¿Tuviste el numero de mama y jamás llamaste?— mi voz se quebró. 

—No, averigüe el nombre de la empresa de tu madre ir hasta allí y rogarle para que me dejara verte— suspiro.

¿Ir allí? ¿Verte? La tensión se estaba acumulando en la parte posterior de mi cabeza.

—¿De que hablas?— tome el teléfono con las dos manos y me dirigí a mi cuarto.
 
—Si viaje mas de 12,¿podrías abrirme? necesito algo refrescante—

—¿Qué?— el nudo en la garganta se había formado nuevamente mis manos sudaban y tenia una fuerte puntada en la cabeza.

—Mira por la ventana— 

Un hombre de traje negro y corbata azul me saludaba con la mano y sostenía el teléfono contra su oreja. Era el... A simple vista podría decirse que era como mi hermano, no parecía un hombre mayor. Su cabello era castaño y sus ojos de un color celeste que no parecían reales a diferencia de los míos que eran mieles, también era bastante alto otra cosa que me gusta haber heredado de él.
Al verlo mis piernas se aflojaron, mi cuerpo entero estaba débil y a causa de eso, mi teléfono callo al piso. Abrí mi boca y de ella salio un grito ahogado, mi vista se nublo haciendo que la vista se me dificultará. Baje las escaleras velozmente, que solo por suerte no rodee por el Cruce el jardín delantero, pero cuando estuve cara a cara con el me detuve en seco. Era el, y ahora que estaba allí podía mirarlo mas de cerca, tenia una pequeña sombra en el mentón que reflejaba su barba que seguramente hace días no afeitaba, me sonreía de lado y dejaba ver la mitad de sus perfecto dientes.

—__, ven cielo—abrió sus brazos.

Pero mi movimiento era imposible, no podía reaccionar y no controlaba mi cuerpo.

— ¿Te encuentras bien?— pregunto con el ceño fruncido lleno de preocupación.

—Nos abandonaste— al fin sol té y cuando pronuncie esas dos simples palabras rompí en llanto. 

—No mi niña— El me tomo y me contuvo en sus brazos. — Yo no quise hacer eso, pero ya no aguantaba las acusaciones de tu madre, no quería dejarte aquí, pero ella no me dejo que te llevara conmigo.

No podía estar enfadada con el, solo deje olvidado lo que acababa de decir y lo abrace, llevaba tanto tiempo sin verlo, tanto tiempo sin poder abrazarlo que la sensación se me hacia extraña. Me apoye en su pecho y el acariciaba mi cabello como hace 8 años.

—Vamos adentro, puedes enfermarte además que dirán los vecinos— solo una risa.

Y no fue hasta que el dijo eso que note que solo tenia una bata que cubría mi cuerpo, aun tenia el cabello mojado y prácticamente estaba desnuda. Al instante me cubrí mas y eso provoco una risa de su parte.
Entramos a la casa y opte por inmediatamente colocarme algo.

—Espérame un segundo, iré a cambiarme— di una media sobre mis talones y subí las escaleras hacia mi habitación.

Saque una blusa color negra unos jeans azules y unas vans negras también. Nada fuera de lo normal, lo que cualquier adolescente usaría

. Me las coloque e inmediatamente baje al comedor. Pero antes de hacerme presente escuche una voz, mi padre estaba hablando por su celular.

—Si esta aquí — hizo una pausa esperando la respuesta del otro lado creo yo.

—Esta más hermosa y tan grande, me lamento tanto por no haber estado aquí con ella—

Su voz se quebró y se hizo mas ronca, el lo lamentaba.

—No lo hagas, no te culpes yo no lo hago— dije desde la puerta, mirándolo a los ojos.

—Luego te llamo, adiós— cortó el teléfono y también me miro.

—Es inevitable, pero ya no quiero hablar de eso, ven— palmeo el sofá a su lado— siéntate y cuenta me que has hecho últimamente

Los minutos pasaban rápidos, le conté la vez que saque el primer lugar en la feria de ciencia, que salí campeona en natación y otras cosas que no son importantes.

—Y también se tocar la guitarra, y un poco el piano.
 
—Tengo la hija mas maravillosa del planeta... te preguntare un cosa— dijo el mientras fija sus ojos en mi.
 —Si dime— baje la mirada y juguetee con mis pulgares.

—¿Sabes inglés?— su voz casi se escuchaba como un susurro.

—Si, lo se hablar muy bien lo practico desde los 8 años... ¿Por qué preguntas?

—Sabes... que yo no vine aquí para solo verte y tener que abandonarte... no podría hacerlo de nuevo— alzó mi cabeza con su mano.

—Si, lo supuse y quiero ir contigo— dije tomando su mano y acariciándola.

—Pero hay que preguntarle a tu madre primero—

—No me importa lo que diga mamá, iré contigo aunque tenga que dejarla no soportare un año mas sin estar contigo ahora que te encontré— sacudí mi cabeza.
El estuvo el a punto de decir algo, pero el sonido del auto se hizo presente mamá había llegado.

—¿Ya tienes los boletos? — pregunte sin mirarlo, mi atención ahora estaba en la puerta.

—Si ¿por qué preguntas? — toco mi brazo para que lo observara, pero no podía estaba demasiado nerviosa.

—No querrá que valla, ella no me dejara ir— dije tranquilizando mis palpitaciones— pero iré contigo aunque tenga que dejar todo aquí.

—__, eso no esta bien, tu madre tiene que estar de acuerdo— en ese momento dejo de tocarme.
Di vuelta y lo mire —Papá no, no dejare que controle mi vida me iré contigo—

En ese momento la puerta se abrió, mostrando a mi madre con el seño fruncido mirándonos a ambos y las bolsas de supermercado en sus manos. Aunque ella permitió que el viniera aquí no estaba contenta, se podía notar.
 De un impulso me levante del sofá y camine hacia ella.

—Mamá... — comencé a decir mientras ella se agachaba para dejar la mercadería — Me iré con papá.
Ella se detuvo se detuvo un segundo y luego me miro con expresión extrañada levantando una ceja y frunciendo la otra.

— ¿A dónde? — cruzo sus brazos.

—A su casa mamá en New York— suspire.

Ella rió falsamente, y a veces odiaba eso de ella— Claro que no iras — hablo con tanta seguridad.

—No te estoy preguntando, solo es un aviso—
Estaba lista para subir la escalera, un pie en el escalón y el otro en el suelo, pero ella me detuvo del brazo.
—No iras, es una orden— con cada palabra ella iba apretando con su mano, hasta que me soltó, le di una rápida vista y me había marcado.

—No puedes todo el tiempo decidir por mi, me iré no lo hagas mas difícil— bufe



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